jueves, 13 de diciembre de 2018

Entender

Entender que el silencio no es un simple momento, que puede ser tan incierto como el hoy, y así se va a quedar por no sabemos cuánto tiempo, ahondando las mareas de nuestros continentes, los caudales de viento que nos despeinan los sentimientos.
Nadie sabe bien con que bostezo nació, o después de que arrullo nació, pero la verdad es que mentiríamos si le buscásemos una fecha, o el lugar dónde partió sin rumbo pero con una misión, un propósito, un fin, y por qué no una canción.
Y así nos abraza buscándolo entre sudestadas de sueños sahumados y murmullos de ecos que quedaron abrigados en el recuerdo, siempre bienvenidos al corazón.

Canción

Quisiera escribirme un lindo cuento de amor, para contarme en silencio, acurrucado, soplándolo al corazón.
Antes de despedir lo que veo, acariciar el último recuerdo, antes de que la luz se haga apagón.
Entre parpadeos de sueños naufragando, enredados entre pestañas vencidas, entregado en la calma del suspiro que por nobleza en silencio nos viene a abrazar, llevándome sin resistencia de nuevo al sol, hasta que decida regresar.
Dulce niño que ronroneas cada vez que te asomas a ver cómo se ve el mundo sin alma de crayón, escondido debajo de mis ojos, arriesgando la cobardía por sentir la cara al sol, respirando lluvia, exhalando color.
Quisiera que quiero que seas, seas cuento, colores y huelas a canción.

Alimentarnos

Alimentarnos de nuestros propios sueños nos eleva más allá del pavimento sin raíces.

Tan lejos

Tan lejos del sol, todo brilla con más intensidad, los sueño no se abandonan nunca, por más que no latan por temor a quedar sueltos sin dueños, ni conexiones al corazón. Somos instantes, tan sólo suspiros, que buscan la claridad de la eternidad en un plano que vamos a dejar, y no vamos a poder comprobar nuestra huella en el barro del recuerdo colectivo.
Luchamos en vano por llegar a un reconocimiento innecesario e improductivo, ya que la única lluvia que moja es la del cielo, y no así los aplausos sordos del sudor creativo necesario del ser.
Nos perdemos comprando luces de suspiros, llamas para asustar al olvido, amuletos, colores, sonidos, olores y sabores, nos perdemos en encontrar algún puerto que llegue a la felicidad anhelada, prometida y robada, pero tan sólo en esa búsqueda solitaria, triste y traicionera nos perdemos en cuentos chinos, y atajos de caramelos.
Tan lejos del sol, tengo mi cactus que me mira, sin espinas, me abraza, y suspira. Brújula que palpita, vibra para sonreír le a la vida.

Sin sombra

El árbol no crece sin sombras, como sonajeros gigantes, esperan nuestro regresar. Volvemos por que es necesario, unir nuestras sombras siendo la misma naturaleza, volver a sentirnos tierra de nuestra tierra, y antes de partir sembrar otra esperanza, otro suspirar. Alejarnos sin soltar.

Reflejo

El reflejo sólo hipnotiza la sorpresa al verlo, su profundidad, su sentido es el que nos enseña a entenderlo.