martes, 3 de diciembre de 2013

Náufragos

Acaricias tus pechos
mientras te muerdes los labios,
tus gemidos húmedos de deseos
despiertan gemidos
que ahuyentan a los secretos.
Beso tu espalda,
encendiendo tus piernas
mis besos perdidos
náufragos muerden tu desvelo
Desnudos en la cama
peleamos por ser eternos,
ya nada importa
nos ahogamos enredados 
desvelando sueños.

Respiración

... tenia olor a humedad, olor a tiempo, tiempo de descuidos, sombras obligadas, silencios encarnados bajo el cabello, pesadas miradas, no hacían mas que profundizar la ausencia del eco. 
Ya no podía quitárselo, lo llevaba por debajo de la respiración, contagiando al aliento, por más que frotara su piel, sin cuidado y sin tenerle respeto, ya era tarde, hasta sus pensamientos se pegoteaban de la humedad que los ahogaba.
Ya no recuerda cuando fue la última vez que alteró su pestañeo, tratando de asustar al silencio, o de despertar algún recuerdo que logre mover aunque sea el cuerpo...

(extracto de un cuento que algún día terminaré ...)

Magia húmeda

Todo suspira, 
el viento se hace brisa
pausando nuestras dudas 
sintiendo como vibra 
como nace ese silencio
acunando la ansiedad del mar
magia húmeda que envuelve al acariciar 
enciende los poros al cielo
bruma que iluminas los deseos
no hay destino sembrado
ni camino hallado
sólo se trata de respirar. 

Pájaro de aliento

... tal vez a veces, cuando la mirada se me pierde entre la nostalgia y el cielo, me gustaría ser pájaro, pájaro de aliento y miedo, lleno de naturaleza, barro, calor, y viento. Volar, tan sólo alejarme del suelo, llegar al cielo, y volar..., ahogarme en esa libertad negada...

Perdón

Perdón silencio, te voy a ensordecer, el agua se marchita, caen las miradas cómo lluvia de papel, y nuestra tierra nos grita, la verdad se enciende como besos, son las ganas de no volver a callar tantas palabras huecas con gusto a miel, mira mi piel, mira mi garganta , ya no puedo contener, perdón silencio no soy el verdugo, ni el juez, tan sólo te pido que no te dejes convencer, venimos a dejar un recuerdo para que nunca pueda envejecer.